Alboroto
2012-03-18 15:30:53 UTC
La cultura española pierde la versatilidad de Francisco Valladares
El actor y cantante, fallecido este sábado en Madrid a los 76 años, era uno
de los profesionales de la escena española más completos y queridos por sus
compañeros
Rosana Torres Madrid 18 MAR 2012 - 12:40 CET
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/03/17/actualidad/1332015234_232890.html
Hace unos años, cuando le preguntaron a Francisco Valladares qué le quedaba
por hacer encima de un escenario, el actor contestó: "Nada. Afortunadamente,
he hecho teatro clásico, de vanguardia, moderno, revista y comedia musical.
Todo lo que hacía falta ya lo he hecho. Cada día, sin embargo, sigo
descubriendo y aprendiendo cosas". Ese era Paco Valladares, uno de los
actores más populares, completos y versátiles de la escena española, nacido
en Pilas (Sevilla) en 1935, y fallecido anoche en el Hospital Gregorio
Marañón, de Madrid, donde estaba ingresado a causa de una neumonía. Como
todos sus seguidores sabían, Valladares padecía una leucemia desde 2008 y
hace pocas semanas recibió un último tratamiento, lo que seguramente le
debilitó y precipitó la gravedad de la neumonía. Hoy será despedido en el
Crematorio de la Almudena de Madrid a las 20.00.
Su último trabajo encima de un escenario fue como El tío Cayetano en Las de
Caín, la comedia musical de Sorozábal, basada en la obra de los Álvarez
Quintero, que dirigió no hace mucho, en el Teatro Español, Ángel Fernández
Montesinos, con quien Valladares mantenía una larga amistad y una importante
relación profesional, ya que trabajó mucho con él, y también en uno de sus
últimos trabajos, Trampa mortal, una comedia policiaca de Ira Levin. Aunque
de no haber tenido una recaída en la leucemia que padecía hace unos años, su
último trabajo hubiera sido en Orquesta de señoritas, de Jean Anouilh, con
puesta en escena de Juan Carlos Pérez de la Fuente, quien pensó siempre en
Valladares para uno de los papeles del montaje. Aún no hace ni una semana,
cuando una neumonía se cruzó en su delicada salud, tuvo su último aplauso
del público en vida, solicitado por su amigo Andrés Peláez, director del
Museo Nacional del Teatro y coordinador de unas jornada sobre el musical que
desde hace tres lunes se celebran en Teatro Español de Madrid; allí tenía
que asistir Valladares a la charla Broadway esquina Gran Vía, con Pepe
Sacristán y Paloma San Basilio, quien recordó, sin intuir lo que iba a
pasar, lo buen compañero y amigo, además de excepcional artista, que era
Valladares.
Sus últimas citas con el público definen muy bien quien era esta gran actor,
con unos grandes conocimientos musicales, una voz educada con la que era
capaz de transitar por espectáculos líricos o musicales de todo tipo; una
importante versatilidad como actor que podía abordar desde clásicos en
verso, a los más modernos textos de vanguardia y un hombre con una vasta
cultura, que demostraba en conferencias, mesas redondas, recitales poéticos
o con una simple conversación con él en la que siempre quedaban patentes sus
conocimientos, a pesar de jamás exhibirlos y su delicado y fino humor.
Aunque sevillano de nacimiento, se le consideraban madrileño ya que a esa
ciudad se trasladó con siete años y en Madrid desarrolló su trayectoria
profesional. Antes, a los catorce años, formó parte de una célebre compañía
de teatro infantil en el desaparecido Teatro Fontalba de Madrid, pero su
trayectoria más consolidada la inició en el Teatro Español Universitario
(TEU), y en el cuadro de actores de Radio Nacional de España. Actor, actor
de doblaje (ha sido la voz de Jeffrey Hunter, Alain Delon o Clint
Eastwood.), cantante, locutor. Paco Valladares ha trabajado en todas las
disciplinas posibles, desde la radio, a la televisión, pasando por el cine,
los recitales, y ha grabado varios discos de música y poesía.
Era muy versátil, poseía unos grandes conocimientos musicales y una vasta
cultura
El actor estuvo hasta la noche anterior gastando bromas y dando ánimos a los
de su entorno, como confirmó Agustín Frondán, quien junto a la actriz Concha
Velasco eran sus dos grandes amigos desde hace muchos años. "Desde 1956",
comentaba absolutamente rota y desolada la actriz Concha Velasco, que acudió
inmediatamente al hospital y engrosó la lista de familiares que esperaban a
que al actor se le trasladara al Tanatorio de la M-30 de Madrid. Allí la
capilla ardiente ha sido instalada desde las ocho de la mañana. Permanecerá
abierta hasta las 20.00 horas.
Frondán también recordó que en ningún momento Valladares pensó que su vida
corría peligro: "Estaba muy atendido y la leucemia estaba superada, de hecho
la neumonía pensábamos que también la vencería, pero se complicaron las
cosas"
Velasco, que apenas podía hablar entre lágrimas, señaló que estaba con su
nieto cuando le llegó la noticia: "Ayer estuvimos charlando y nada hacía
presagiar que no lo superaría, ¡qué vamos a hacer sin Paquito!", balbuceaba
la actriz que siempre se la veía acompañada por Valladares en estrenos y
todo tipo de actos. "Nos hicimos amigos en 1956, cuando le conocí en los
estudios de la Cea, y era tan tan guapo que te dejaba impresionada, me
enseñaba a doblar porque decía que los actores españoles no sabían hablar,
pero él me metía en el plató a que aprendiera a hablar.., estoy rota, no sé
cómo podré superar su ausencia", concluyó la actriz, quien fue aconsejada
por su hijo para que no siguiera hablando, dado el esfuerzo que tenía que
hacer en un momento de profunda emoción. Precisamente en 1956 Valladares
hizo su primer trabajo en televisión como locutor de continuidad y como
actor, pocos años antes de trabajar en la popular película La gran familia.
En teatro, atesoró una amplísima trayectoria con decenas de trabajos en
obras donde fue dirigido, entre otros, por Torcuato Luca de Tena, Pedro
Olea, Adolfo Marsillach o Jaime Azpilicueta, quien también le dirigió en uno
de sus musicales más populares Víctor & Victoria, de Blake Edwards, junto a
Paloma San Basilio (2007), género en el que colaboró con Ángel Fernández
Montesinos en Por la calle de Alcalá (con Esperanza Roy) y Mamá quiero ser
artista (con Concha Velasco). Uno de sus trabajos más admirables fue en Inés
desabrochada, una fantasía de humor corrosivo de Antonio Gala, donde estuvo
acompañado por Nati Mistral y Concha Velasco, y bajo la dirección de Olea.
Valladares entonces señaló que era una obra con un lenguaje tan rico y con
tanta complejidad que costaba mucho aprenderse el papel.
En la gran pantalla intervino en filmes como Llegar a más (1963), Las gatas
tienen frío (1973), Hay que deshacer la casa (1986), además de estar en
Manolito Gafotas (Miguel Albadalejo, 1999) como narrador, tarea que ya había
hecho anteriormente en las películas Franco: ese hombre y Un hombre como los
demás.
Desde Radio Nacional pasó a convertirse en locutor de continuidad de TVE,
donde ha desarrollado una intensa actividad como actor en Estudio 1, en
numerosas series y presentando galas. Posteriormente, ha sido colaborador de
María Teresa Campos en diversos magazines, otra de sus grandes amigas.
Valladares había recibido numerosos premios a lo largo de su vida (Mayte,
Ercilla..), pero ningún galardón de los considerados 'oficiales' (Nacional,
Medalla de Bellas Artes, Max.), aunque llegó a ser finalista de todos en
numerosas ocasiones. Esa circunstancia era comentada a menudo por el actor
desaparecido, pero siempre lo hacía con humor (era profundamente divertido),
sin rencores y, mucho menos, envidias. Seguramente no llegó a obtener nunca
ninguno de esos premios debido a que, a pesar de ser un profesional muy
mediático, no era 'habitual' de los que se dedicaban a 'alta cultura", quizá
porque la versatilidad de Valladares le llevaba por territorios a los que la
cultura más elitista da la espalda habitualmente, olvidando, o simplemente
ignorando, que este grandísimo profesional era capaz de anonadar con un
Calderón, o convertido en Príncipe Serpujovskoi (Equus), o sobrecoger cuando
a través de su voz se escuchaba a Miguel Hernández, García Lorca o Machado.
Todo ello sin olvidar como interpretó maravillosamente su papel en El gran
teatro del mundo, bajo las órdenes de José Tamayo y junto a María Jesús
Valdés, mientras aguantaba el dolor y el malestar que le producía el infarto
de miocardio que estaba sufriendo (10 de junio de 1998), y ello sin que ni
sus compañeros ni el público notaran nada.
El actor y cantante, fallecido este sábado en Madrid a los 76 años, era uno
de los profesionales de la escena española más completos y queridos por sus
compañeros
Rosana Torres Madrid 18 MAR 2012 - 12:40 CET
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/03/17/actualidad/1332015234_232890.html
Hace unos años, cuando le preguntaron a Francisco Valladares qué le quedaba
por hacer encima de un escenario, el actor contestó: "Nada. Afortunadamente,
he hecho teatro clásico, de vanguardia, moderno, revista y comedia musical.
Todo lo que hacía falta ya lo he hecho. Cada día, sin embargo, sigo
descubriendo y aprendiendo cosas". Ese era Paco Valladares, uno de los
actores más populares, completos y versátiles de la escena española, nacido
en Pilas (Sevilla) en 1935, y fallecido anoche en el Hospital Gregorio
Marañón, de Madrid, donde estaba ingresado a causa de una neumonía. Como
todos sus seguidores sabían, Valladares padecía una leucemia desde 2008 y
hace pocas semanas recibió un último tratamiento, lo que seguramente le
debilitó y precipitó la gravedad de la neumonía. Hoy será despedido en el
Crematorio de la Almudena de Madrid a las 20.00.
Su último trabajo encima de un escenario fue como El tío Cayetano en Las de
Caín, la comedia musical de Sorozábal, basada en la obra de los Álvarez
Quintero, que dirigió no hace mucho, en el Teatro Español, Ángel Fernández
Montesinos, con quien Valladares mantenía una larga amistad y una importante
relación profesional, ya que trabajó mucho con él, y también en uno de sus
últimos trabajos, Trampa mortal, una comedia policiaca de Ira Levin. Aunque
de no haber tenido una recaída en la leucemia que padecía hace unos años, su
último trabajo hubiera sido en Orquesta de señoritas, de Jean Anouilh, con
puesta en escena de Juan Carlos Pérez de la Fuente, quien pensó siempre en
Valladares para uno de los papeles del montaje. Aún no hace ni una semana,
cuando una neumonía se cruzó en su delicada salud, tuvo su último aplauso
del público en vida, solicitado por su amigo Andrés Peláez, director del
Museo Nacional del Teatro y coordinador de unas jornada sobre el musical que
desde hace tres lunes se celebran en Teatro Español de Madrid; allí tenía
que asistir Valladares a la charla Broadway esquina Gran Vía, con Pepe
Sacristán y Paloma San Basilio, quien recordó, sin intuir lo que iba a
pasar, lo buen compañero y amigo, además de excepcional artista, que era
Valladares.
Sus últimas citas con el público definen muy bien quien era esta gran actor,
con unos grandes conocimientos musicales, una voz educada con la que era
capaz de transitar por espectáculos líricos o musicales de todo tipo; una
importante versatilidad como actor que podía abordar desde clásicos en
verso, a los más modernos textos de vanguardia y un hombre con una vasta
cultura, que demostraba en conferencias, mesas redondas, recitales poéticos
o con una simple conversación con él en la que siempre quedaban patentes sus
conocimientos, a pesar de jamás exhibirlos y su delicado y fino humor.
Aunque sevillano de nacimiento, se le consideraban madrileño ya que a esa
ciudad se trasladó con siete años y en Madrid desarrolló su trayectoria
profesional. Antes, a los catorce años, formó parte de una célebre compañía
de teatro infantil en el desaparecido Teatro Fontalba de Madrid, pero su
trayectoria más consolidada la inició en el Teatro Español Universitario
(TEU), y en el cuadro de actores de Radio Nacional de España. Actor, actor
de doblaje (ha sido la voz de Jeffrey Hunter, Alain Delon o Clint
Eastwood.), cantante, locutor. Paco Valladares ha trabajado en todas las
disciplinas posibles, desde la radio, a la televisión, pasando por el cine,
los recitales, y ha grabado varios discos de música y poesía.
Era muy versátil, poseía unos grandes conocimientos musicales y una vasta
cultura
El actor estuvo hasta la noche anterior gastando bromas y dando ánimos a los
de su entorno, como confirmó Agustín Frondán, quien junto a la actriz Concha
Velasco eran sus dos grandes amigos desde hace muchos años. "Desde 1956",
comentaba absolutamente rota y desolada la actriz Concha Velasco, que acudió
inmediatamente al hospital y engrosó la lista de familiares que esperaban a
que al actor se le trasladara al Tanatorio de la M-30 de Madrid. Allí la
capilla ardiente ha sido instalada desde las ocho de la mañana. Permanecerá
abierta hasta las 20.00 horas.
Frondán también recordó que en ningún momento Valladares pensó que su vida
corría peligro: "Estaba muy atendido y la leucemia estaba superada, de hecho
la neumonía pensábamos que también la vencería, pero se complicaron las
cosas"
Velasco, que apenas podía hablar entre lágrimas, señaló que estaba con su
nieto cuando le llegó la noticia: "Ayer estuvimos charlando y nada hacía
presagiar que no lo superaría, ¡qué vamos a hacer sin Paquito!", balbuceaba
la actriz que siempre se la veía acompañada por Valladares en estrenos y
todo tipo de actos. "Nos hicimos amigos en 1956, cuando le conocí en los
estudios de la Cea, y era tan tan guapo que te dejaba impresionada, me
enseñaba a doblar porque decía que los actores españoles no sabían hablar,
pero él me metía en el plató a que aprendiera a hablar.., estoy rota, no sé
cómo podré superar su ausencia", concluyó la actriz, quien fue aconsejada
por su hijo para que no siguiera hablando, dado el esfuerzo que tenía que
hacer en un momento de profunda emoción. Precisamente en 1956 Valladares
hizo su primer trabajo en televisión como locutor de continuidad y como
actor, pocos años antes de trabajar en la popular película La gran familia.
En teatro, atesoró una amplísima trayectoria con decenas de trabajos en
obras donde fue dirigido, entre otros, por Torcuato Luca de Tena, Pedro
Olea, Adolfo Marsillach o Jaime Azpilicueta, quien también le dirigió en uno
de sus musicales más populares Víctor & Victoria, de Blake Edwards, junto a
Paloma San Basilio (2007), género en el que colaboró con Ángel Fernández
Montesinos en Por la calle de Alcalá (con Esperanza Roy) y Mamá quiero ser
artista (con Concha Velasco). Uno de sus trabajos más admirables fue en Inés
desabrochada, una fantasía de humor corrosivo de Antonio Gala, donde estuvo
acompañado por Nati Mistral y Concha Velasco, y bajo la dirección de Olea.
Valladares entonces señaló que era una obra con un lenguaje tan rico y con
tanta complejidad que costaba mucho aprenderse el papel.
En la gran pantalla intervino en filmes como Llegar a más (1963), Las gatas
tienen frío (1973), Hay que deshacer la casa (1986), además de estar en
Manolito Gafotas (Miguel Albadalejo, 1999) como narrador, tarea que ya había
hecho anteriormente en las películas Franco: ese hombre y Un hombre como los
demás.
Desde Radio Nacional pasó a convertirse en locutor de continuidad de TVE,
donde ha desarrollado una intensa actividad como actor en Estudio 1, en
numerosas series y presentando galas. Posteriormente, ha sido colaborador de
María Teresa Campos en diversos magazines, otra de sus grandes amigas.
Valladares había recibido numerosos premios a lo largo de su vida (Mayte,
Ercilla..), pero ningún galardón de los considerados 'oficiales' (Nacional,
Medalla de Bellas Artes, Max.), aunque llegó a ser finalista de todos en
numerosas ocasiones. Esa circunstancia era comentada a menudo por el actor
desaparecido, pero siempre lo hacía con humor (era profundamente divertido),
sin rencores y, mucho menos, envidias. Seguramente no llegó a obtener nunca
ninguno de esos premios debido a que, a pesar de ser un profesional muy
mediático, no era 'habitual' de los que se dedicaban a 'alta cultura", quizá
porque la versatilidad de Valladares le llevaba por territorios a los que la
cultura más elitista da la espalda habitualmente, olvidando, o simplemente
ignorando, que este grandísimo profesional era capaz de anonadar con un
Calderón, o convertido en Príncipe Serpujovskoi (Equus), o sobrecoger cuando
a través de su voz se escuchaba a Miguel Hernández, García Lorca o Machado.
Todo ello sin olvidar como interpretó maravillosamente su papel en El gran
teatro del mundo, bajo las órdenes de José Tamayo y junto a María Jesús
Valdés, mientras aguantaba el dolor y el malestar que le producía el infarto
de miocardio que estaba sufriendo (10 de junio de 1998), y ello sin que ni
sus compañeros ni el público notaran nada.